Fuente http://chuyibarra.blogspot.com marzo 18, 2010
Más sobre elección federal 2009 I
Casillas especiales 2009
Como en todas las elecciones, el cinco de Julio de 2009 se instalaron casillas básicas, contiguas, extraordinarias y especiales. En cada sección y en función de la cantidad de ciudadanos en capacidad de votar; las casillas básicas y contiguas cuentan con el listado nominal correspondiente a cada una de ellas, que contiene, en orden alfabético, la misma cantidad de electores y cuya suma es la de la sección, c
on excepción de las extraordinarias, que enlistan a los ciudadanos de una zona territorial determinada de la misma sección que aquellas.
Las casillas básicas y contiguas se instalan en un mismo sitio geográfico o centro de votación, no así las extraordinarias que corresponden a una sección y que, por su extensión territorial y accidentes geográficos, se instalan en un sitio de modo de facilitar el acceso a los votantes, alejados del centro de votación en las que se encuentran las básicas y contiguas (COFIPE, Art 239).
Las casillas especiales, en general dos por cada distrito federal, a diferencia de las otras, no cuentan con listado de ciudadanos y es en el momento en que acuden a votar que la lista se va integrando con los datos de la credencial de elector sin cuya identificación no puede emitir su voto (COFIPE, Art. 244).
Así, todos los electores votantes en las casillas especiales son ciudadanos en tránsito, fuera de su sección de residencia, con plenos derechos de voto y sólo lo podrán hacer por los diputados plurinominales si se encuentran dentro del territorio de la circunscripción plurinominal de su residencia y por el diputado de mayoría si la casilla se localiza en el distrito que le corresponde.
Por lo tanto, cabe esperar que los votos de los candidatos plurinominales o de representación proporcional (RP) sean más que los otorgados a los diputados de mayoría relativa (MR) o del distrito. Es decir, en ningún caso las votaciones totales en una casilla especial pueden ser iguales para ambos tipos de candidatura y, de ocurrir lo contrario, estaríamos ante una situación irregular; igualmente, no puede haber más votos en la elección de diputados de MR que en la de RP, indicador de alteración de las votaciones de los partidos o de grave error de funcionarios de casilla por el intercambio de votaciones según el tipo de candidatura.
Como en todas las elecciones, el cinco de Julio de 2009 se instalaron casillas básicas, contiguas, extraordinarias y especiales. En cada sección y en función de la cantidad de ciudadanos en capacidad de votar; las casillas básicas y contiguas cuentan con el listado nominal correspondiente a cada una de ellas, que contiene, en orden alfabético, la misma cantidad de electores y cuya suma es la de la sección, c
on excepción de las extraordinarias, que enlistan a los ciudadanos de una zona territorial determinada de la misma sección que aquellas.
Las casillas básicas y contiguas se instalan en un mismo sitio geográfico o centro de votación, no así las extraordinarias que corresponden a una sección y que, por su extensión territorial y accidentes geográficos, se instalan en un sitio de modo de facilitar el acceso a los votantes, alejados del centro de votación en las que se encuentran las básicas y contiguas (COFIPE, Art 239).
Las casillas especiales, en general dos por cada distrito federal, a diferencia de las otras, no cuentan con listado de ciudadanos y es en el momento en que acuden a votar que la lista se va integrando con los datos de la credencial de elector sin cuya identificación no puede emitir su voto (COFIPE, Art. 244).
Así, todos los electores votantes en las casillas especiales son ciudadanos en tránsito, fuera de su sección de residencia, con plenos derechos de voto y sólo lo podrán hacer por los diputados plurinominales si se encuentran dentro del territorio de la circunscripción plurinominal de su residencia y por el diputado de mayoría si la casilla se localiza en el distrito que le corresponde.
Por lo tanto, cabe esperar que los votos de los candidatos plurinominales o de representación proporcional (RP) sean más que los otorgados a los diputados de mayoría relativa (MR) o del distrito. Es decir, en ningún caso las votaciones totales en una casilla especial pueden ser iguales para ambos tipos de candidatura y, de ocurrir lo contrario, estaríamos ante una situación irregular; igualmente, no puede haber más votos en la elección de diputados de MR que en la de RP, indicador de alteración de las votaciones de los partidos o de grave error de funcionarios de casilla por el intercambio de votaciones según el tipo de candidatura.
El Instituto Federal Electoral (IFE), una vez terminada la sesión de cómputo y los recuentos en cada distrito publicó los resultados de los cómputos (CD), a los pocos días de la elección. Meses después, ya en el año 2010, dio a conocer el Sistema de Consulta de la Estadística de las Elecciones Federales 2008 - 2009 (SI), que se puede consultar en el portal del IFE en la siguiente dirección: http://www.ife.org.mx/documentos/RESELEC/SICEEF/index.html.
Por interés personal en el seguimiento de la información de resultados electorales poseo la información publicada inicialmente y he consultado la que ahora se presenta en el SI (que, además, tengo en mi poder en formato digital en disco compacto (DC), conocido como ATLAS de Resultados Electorales 1991 - 2009).
Esta información me permite cotejar los resultados, voto por voto y casilla por casilla, contenidos en ambos archivos (como antes lo hice con las casillas presentes en los Cómputos Distritales y el PREP, de lo cual he publicado un informe), encontrando la siguiente situación anómala en las casillas especiales.
Encontramos mil 556 casillas especiales y, de este total, mil 424 de MR y otro tanto de RP, en cada uno de los archivos CD y SI, en las que las votaciones son exactamente iguales para ambos tipos de candidaturas, que establecimos como imposible por el tipo de ciudadanos que en tales casillas pueden votar.
Esta información me permite cotejar los resultados, voto por voto y casilla por casilla, contenidos en ambos archivos (como antes lo hice con las casillas presentes en los Cómputos Distritales y el PREP, de lo cual he publicado un informe), encontrando la siguiente situación anómala en las casillas especiales.
Encontramos mil 556 casillas especiales y, de este total, mil 424 de MR y otro tanto de RP, en cada uno de los archivos CD y SI, en las que las votaciones son exactamente iguales para ambos tipos de candidaturas, que establecimos como imposible por el tipo de ciudadanos que en tales casillas pueden votar.
En el resto de casillas, 132, se dividen en 66 de MR y 66 del RP con la circunstancia de que las votaciones totales, y consecuentemente las de los partidos, son diferentes para cada uno de los archivos cuando deberían ser iguales, como en las anteriores. Además, se presenta la agravante de que las votaciones de MR que aparecen en el archivo CD en el SI aparecen como RP y viceversa, lo que constituye una perfecta aberración pues fueron modificadas, no se sabe si para corregir entuertos, antes de ser publicadas en el ATLAS.
Las diferencias en votaciones por partido se muestran en el cuadro que sigue:
Como puede verse, en estas casillas en las que las votaciones de diputados de RP sí son mayores que las de MR; sin embargo, por alguna razón, de un momento a otro, de una archivo a otro (CD o SI), las de los partidos fueron cambiadas por el tipo de candidatura,
sin mediar explicación alguna.
sin mediar explicación alguna.
De estas casillas diez muestran exactamente las mismas votaciones pero con el mismo tipo de intercambio que las comentadas en los párrafos anteriores.
¿Qué veremos en lo que se asienta en cada acta de estas casillas? Esperamos contar con ellas y ya diremos.
domingo, febrero 14, 2010
Partidos y candidatos, cuando pierden elecciones, recurren con frecuencia a explicar el hecho colocando por encima a cualquier otra posibilidad, pero no al fraude electoral.
Revisan las votaciones de la elección de mayor importancia y se dicen robados sus votos cuando observan la gran cantidad de votos nulos que, igualmente con frecuencia, su monto produce un total de votos en una casilla igual o superior, o muy cercana, a la cantidad de ciudadanos en derecho al voto pasivo, en la lista nominal.
Dificil darle sustento a tales afirmaciones en tanto que no se cuenta, al menos en las denuncias que se presentan, con los elementos documentales de prueba.
Sin embargo, el fraude electoral existe y persiste precisamente porque los principales interesados en los resultados electorales, funcionarios y analistas, no han desarrollado, o no han querido trabajar, una metodología que permita observar el comportamiento de los votos de los ciudadanos.
Mención especial merecen los trabajos de quienes a sí mismos se han llamado "anomaleros", una serie de científicos que, prácticamente liderados por el Físico Luis Mochán en las elecciones del 2006, concentraron su atención en el estudio de las anomalías observadas en el comportamiento de las votaciones presidenciales, desde una perspectiva estadística, para demostrar el fraude a partir del descubrimiento irregular de las votaciones, si se atiende a lo que ocurriría en un proceso natural, normal.
Ante lo que se produjo de estos análisis, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación solicitó pruebas duras que dieran sustento a estos estudios, como condición para aceptar por válida la conclusión del fraude a la que los científicos habían llegado, como si no fuera suficiente la demostración científica.
Al no presenta las pruebas documentales, simplemente se desechó la solicitud que los anomaleros presentaron al tribunal.
Fuera de estos estudios estadísticos, hechos por científicos, lo dominante se centra en lo que se llamó, con gran difusión por los medios, "errores aritméticos" que, en la mayoría de los casos, fueron eso, simples errores resultado de una deficiente capacitación, que se observó igualmente en las pasadas elecciones del 2009, de los funcionarios de casilla, aunque también se encuentran alteraciones de votaciones que no pueden ser detectadas a partir de esta premisa, sino de trabajar con los votos totales de las tres elecciones, casilla por casilla.
El fraude electoral, sobre todo en las elecciones más recientes, se dirige principalmente a asegurar el triunfo del candidato a la elección de mayor importancia, si en la república la presidencial, si en la entidad la gubernatura o senaduría, si en el distrito de diputación federal. En cada caso es ésta la que recibe votos adicionales a una de las candidaturas, alterando se y, consiguientemente, la del total de votos en esa elección, dejando las otras elecciones sin cambio alguno y, por lo tanto, detectable si se quiere.
Así encontramos prácticas del fraude electoral que pueden ser clasificadas en dos categorías:
Revisan las votaciones de la elección de mayor importancia y se dicen robados sus votos cuando observan la gran cantidad de votos nulos que, igualmente con frecuencia, su monto produce un total de votos en una casilla igual o superior, o muy cercana, a la cantidad de ciudadanos en derecho al voto pasivo, en la lista nominal.
Dificil darle sustento a tales afirmaciones en tanto que no se cuenta, al menos en las denuncias que se presentan, con los elementos documentales de prueba.
Sin embargo, el fraude electoral existe y persiste precisamente porque los principales interesados en los resultados electorales, funcionarios y analistas, no han desarrollado, o no han querido trabajar, una metodología que permita observar el comportamiento de los votos de los ciudadanos.
Mención especial merecen los trabajos de quienes a sí mismos se han llamado "anomaleros", una serie de científicos que, prácticamente liderados por el Físico Luis Mochán en las elecciones del 2006, concentraron su atención en el estudio de las anomalías observadas en el comportamiento de las votaciones presidenciales, desde una perspectiva estadística, para demostrar el fraude a partir del descubrimiento irregular de las votaciones, si se atiende a lo que ocurriría en un proceso natural, normal.
Ante lo que se produjo de estos análisis, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación solicitó pruebas duras que dieran sustento a estos estudios, como condición para aceptar por válida la conclusión del fraude a la que los científicos habían llegado, como si no fuera suficiente la demostración científica.
Al no presenta las pruebas documentales, simplemente se desechó la solicitud que los anomaleros presentaron al tribunal.
Fuera de estos estudios estadísticos, hechos por científicos, lo dominante se centra en lo que se llamó, con gran difusión por los medios, "errores aritméticos" que, en la mayoría de los casos, fueron eso, simples errores resultado de una deficiente capacitación, que se observó igualmente en las pasadas elecciones del 2009, de los funcionarios de casilla, aunque también se encuentran alteraciones de votaciones que no pueden ser detectadas a partir de esta premisa, sino de trabajar con los votos totales de las tres elecciones, casilla por casilla.
El fraude electoral, sobre todo en las elecciones más recientes, se dirige principalmente a asegurar el triunfo del candidato a la elección de mayor importancia, si en la república la presidencial, si en la entidad la gubernatura o senaduría, si en el distrito de diputación federal. En cada caso es ésta la que recibe votos adicionales a una de las candidaturas, alterando se y, consiguientemente, la del total de votos en esa elección, dejando las otras elecciones sin cambio alguno y, por lo tanto, detectable si se quiere.
Así encontramos prácticas del fraude electoral que pueden ser clasificadas en dos categorías:
-
A la antigüita y -
a la moderna (cibernética)
A la antigüita. En este tipo de prácticas permanecen lo que se conoce como carrusel o boletas prevotadas, que ha sustituido al anterior carrusel que se desarrollaba cuando se distribuía la misma lista nominal, con el total de electores de una sección, a sus correspondientes casillas: básica, contiguas y extraordinarias; igualmente permanecen las alteraciones de las votaciones de partidos en la casilla.
A la moderna. Con la llegada de la computación y el desarrollo de estas tecnologías aparece el fraude cibernético, que se denunció en las elecciones del 2006 como "algoritmo", que no es sino un módulo del programa computacional que opera desde los centros de cómputo del IFE, primero durante el Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP) y después durante las sesiones de cómputo distritales.
Es esta forma de operación del fraude electoral la que permite al partido en el gobierno o a los partidos que tienen la mayor influencia en los órganos electorales nacionales, asegurar un resultado y propiciar, así, la confianza que los poderes fácticos exigen.
El programa computacional que permite la captura de votaciones y la información relativa al estado en que cada acta de escrutinio y cómputo se encuentra, lo mismo que las variables que definen con precisión a la casilla y elección de que se trata, contiene un módulo, parte de la programación o algoritmo, que puede modificar las votaciones de los partidos para asegurar el triunfo de determinado candidato, tratando de que las votaciones totales de la casilla se mantengan dentro de los parámetros predeterminados, que pueden haber sido prefijados o por las encuestas o por los conteos rápidos (como puede haber sido el caso en el proceso electoral del 2006).
Así, no se requiere, en esta práctica, a diferencia de la antigüita, robar o quitar votos a la oposición o a los candidatos que, al parecer de los poderes fácticos, se han constituido en "un peligro para México", y asegurar u determinado triunfo, sino de cambiar votaciones, generalmente al alza, a los distintos partidos según se requiera en cada momento del proceso de arribo de los resultados, antes de ser acumulados y publicados en los archivos de los cómputos distritales (o del PREP) o, también, permutando las votaciones sin alterar la suma total en una elección, en una casilla.
Lo que ha ocurrido en éstas elecciones, incluyendo la del 2009 y lo que se hará, si no somos capaces de detenerlo, es el fraude más que con los votos de los partidos, es decir, en su contra disminuyendo sus votaciones, es el engaño en contra del voto ciudadano, que se ha manipulado sin recato, que al incrementar la votación en una casilla se afecta a todos los que en otra se ha mantenido la voluntad del voto de los ciudadanos.
¿Que se puede hacer desde la ciudadanía?
A la moderna. Con la llegada de la computación y el desarrollo de estas tecnologías aparece el fraude cibernético, que se denunció en las elecciones del 2006 como "algoritmo", que no es sino un módulo del programa computacional que opera desde los centros de cómputo del IFE, primero durante el Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP) y después durante las sesiones de cómputo distritales.
Es esta forma de operación del fraude electoral la que permite al partido en el gobierno o a los partidos que tienen la mayor influencia en los órganos electorales nacionales, asegurar un resultado y propiciar, así, la confianza que los poderes fácticos exigen.
El programa computacional que permite la captura de votaciones y la información relativa al estado en que cada acta de escrutinio y cómputo se encuentra, lo mismo que las variables que definen con precisión a la casilla y elección de que se trata, contiene un módulo, parte de la programación o algoritmo, que puede modificar las votaciones de los partidos para asegurar el triunfo de determinado candidato, tratando de que las votaciones totales de la casilla se mantengan dentro de los parámetros predeterminados, que pueden haber sido prefijados o por las encuestas o por los conteos rápidos (como puede haber sido el caso en el proceso electoral del 2006).
Así, no se requiere, en esta práctica, a diferencia de la antigüita, robar o quitar votos a la oposición o a los candidatos que, al parecer de los poderes fácticos, se han constituido en "un peligro para México", y asegurar u determinado triunfo, sino de cambiar votaciones, generalmente al alza, a los distintos partidos según se requiera en cada momento del proceso de arribo de los resultados, antes de ser acumulados y publicados en los archivos de los cómputos distritales (o del PREP) o, también, permutando las votaciones sin alterar la suma total en una elección, en una casilla.
Lo que ha ocurrido en éstas elecciones, incluyendo la del 2009 y lo que se hará, si no somos capaces de detenerlo, es el fraude más que con los votos de los partidos, es decir, en su contra disminuyendo sus votaciones, es el engaño en contra del voto ciudadano, que se ha manipulado sin recato, que al incrementar la votación en una casilla se afecta a todos los que en otra se ha mantenido la voluntad del voto de los ciudadanos.
¿Que se puede hacer desde la ciudadanía?
-
Por lo general, los funcionarios de casilla alteran las votaciones en una elección y, si lo hacen en más de una, no siempre en las mismas cantidades. -
Los cambios que se realizan durante el PREP, con fines estrictamente publicitarios ante la ciudadanía, es posible que se mantengan en los cómputos distritales, pero puede que no sea así en tanto que operan (será cierto) programas distintos. -
Los cambios que se hacen durante las sesiones de cómputo distrital sí tienen efectos sobre la validación de las elecciones. -
Por lo general en la casilla se modifican las votaciones de los partidos y candidatos pero no la suma, y aunque se hicieran, son detectables porque no lo hacen en cada elección sino en aquella en la que se les ha instruido. -
Así, un primer paso de análisis es comparar, para cada casilla, las sumas de votos del PREP para cada pareja de elecciones: Presidente-diputado, Presidente-senador y diputado-senador. -
Al término de este trabajo estaremos en condiciones de conocer las posibles alteraciones de votos en cada casilla (o durante el proceso del PREP) y, por lo tanto, presentar los reclamos correspondientes ante el consejo distrital para el día de la sesión del cómputo. -
Repetir el ejercicio con los resultados de los cómputos distritales con lo que tendríamos el fraude electoral que asegure el triunfo de un partido o su candidato. -
En un tercer momento, una vez conocidas las votaciones registradas en el PREP y en los cómputos distritales, se pueden comparar las votaciones, en este caso sí, voto por voto y casilla por casilla, de las que se encuentran en ambos procesos computacionales, para cada elección por separado, cotejando no sólo las sumas totales, sino las votaciones de los partidos. -
Una vez localizadas las casillas en las que las diferencias de votaciones se han afectado se puede solicitar las actas de las casillas correspondientes, observar lo asentado en cada acta con las cifras que se encuentran en el PREP y en los cómputos distritales y saber lo ocurrido. -
Por último, ante la persistencia del fraude, impulsar un movimiento de reforma electoral que se proponga un nuevo diseño de sistema electoral para terminar con la burla que se hace del voto ciudadano, presentando las pruebas documentales del fraude electoral.
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