miércoles, 3 de marzo de 2010

Adiós Carlos...

Adiós Carlos...
Ventana José Cárdenas El Universal 02 de marzo de 2010


“Se nos fue el último grande de letras nacionales”, lamenta un grande de las letras nacionales: José Emilio Pacheco. También murió el primer analista que desmenuzó las claves de la violencia del Estado mexicano. Carlos Montemayor es la referencia literaria en materia de guerrilla mexicana.
Notable escritor, hizo poesía (¿Por qué parece más inmenso el cielo, si no hay luna?) y paseó por cuento, novela y ensayo. Dominó 4 idiomas, además de latín y griego arcaico. Miembro de la Academia Mexicana de la Lengua y la Asociación de Escritores en Lenguas Indígenas. Cantó opera, tradujo Carmina Burana, comió gozoso y viajó a lo grande. Sobre todo, será recordado por su militancia en el pensamiento crítico; por cuestionar en público, lo secreto.
Se abrió campo en el análisis de los movimientos guerrilleros, con Guerra en el Paraíso (1991), su libro más importante; novela histórica del movimiento encabezado por Lucio Cabañas; documento sustantivo para entender la rebeldía política armada. Escribió Las armas del Alba (2003), una reconstrucción del 23 de septiembre de 1965, cuando Arturo y Emilio Gámiz y otros 11 guerrilleros, atacaron el cuartel militar de Madera, Chihuahua, en la sierra Tarahumara.
Fue el primero en sistematizar y dejar constancia de la “guerra sucia” y de los movimientos armados socialistas de los sesenta y setenta que no figuran en la historia oficial, subraya Laura Castellanos, en EL UNIVERSAL.
En Rehacer la historia revela los documentos que probaron el origen del movimiento estudiantil del 68 y el desenlace militarizado.
Simpatizó con el EZLN y el Subcomandante Marcos. Escribió Chiapas: la rebelión indígena de México (1997), detallado análisis del movimiento zapatista, donde opone las medidas de seguridad nacional a otras, siempre postergadas: la justicia social y la democracia.
Intelectual incómodo, fue miembro de la Comisión de Mediación entre el gobierno y el EPR, para investigar el paradero de Edmundo Reyes Amaya y Gabriel Alberto Cruz Sánchez. (La Comisión se disolvió en abril de 2009, al considerar que no existía voluntad del gobierno federal).
Fue parte de todas las organizaciones relevantes para el fomento de la cultura nacional. Con Alí Chumacero, le dio vida al Centro Mexicano de Escritores. Con Hugo Hiriart, recibió el Premio Nacional de Ciencias y Artes 2009 en diciembre del año pasado; fue una ceremonia tardía, como a regañadientes.
La violencia de Estado en México (2010) es su última obra. Desentraña las claves de la subversión popular y la estrategia de Estado para aplastarla. “La violencia de Estado no es sólo tortura, masacres y desaparición forzada, sino un entramado de complejos mecanismos como la impunidad en la procuración e impartición de la justicia, la legislación que criminaliza a activistas sociales y la negación de la pobreza” —escribió—. La obra se conocerá este martes.

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