martes, 2 de marzo de 2010

Ignacio Ramírez, El Nigromante

Ignacio Ramírez, El Nigromante
JORGE GORDILLO a.m.com.mx 1 de Marzo 2010

¡Saludos cargados con doscientos años de historia!
Por el bicentenario y el centenario de nuestra historia que estamos viviendo se están aclarando muchos acontecimientos, se conocen nuevos detalles y todo ésto causa grandes polémicas, grandes discusiones, grandes diferencias filosóficas, grandes conflictos y grandes satisfacciones. Lo más importante de todo este acontecer histórico será preguntarnos: ¿Toda esa sangre derramada, todos esos ideales, toda esa buena ideología, todos esos procesos de cambio nos están beneficiando. Y si nos están beneficiando a qué costo? ¿Sabremos ponernos de acuerdo para que tengamos un beneficio colectivo más efectivo? ¿El progreso social será posible ahora que hay tantas oportunidades? ¿Por qué razón no se abate la ignorancia en lugar de abatir la pobreza? ¿Nuestro nivel como nación podrá elevarse? Aquí tiene este personaje histórico y polémico:
“El Nigromante asombra por su capacidad para anticiparse al futuro: materializó el libro de texto gratuito, el modelo laico de educación e hizo realidad constitucional las garantías individuales. Rebelde, insumiso, gran polemista, dotado naturalmente con talentos que parecían fuera de este mundo, actuó como el más liberal entre los liberales. Aquí se da fe de sus arrebatos contra Santa Anna, Benito Juárez, Porfirio Díaz y sus contemporáneos.”
Ignacio Ramírez nace en 1818 un 22 de junio en San Miguel de Allende. Era mestizo. Fue el diputado más notable que participó en forma brillante y decisiva en la redacción de la Constitución de 1857. Ya en 1864 había fundado, con extraordinaria visión futurista, el Instituto Científico y Literario de Toluca, y como secretario de Educación del gobernador del Estado de México, Lorenzo de Zavala, creo becas para jóvenes indígenas que se distinguían por su inteligencia. Gracias a esa medida, Ignacio Manuel Altamirano pudo estudiar y ser el discípulo más aventajado de Ignacio Ramírez, su mentor y el hombre al que más admiraba.
Al triunfo de la guerra de Reforma, en 1861, el presidente Juárez nombra a Ignacio Ramírez Ministro de Instrucción Pública y Justicia. Desde esa responsabilidad en el gabinete del hombre victorioso que produjo la Guerra de Tres Años en contra de los ejércitos conservadores del general Miramón, El Nigromante se propuso cumplir al pie de la letra la nueva legislación que él ayudó a crear en el Congreso Constituyente de 1857.
Después llevó su actividad a todas partes. Reformó la ley de hipotecas y juzgados; puso en práctica las leyes sobre independencia entre Estado e Iglesia; reformó el plan de estudios siendo el primero que destruyó la rutina del programa colonial. En el Estado de Puebla entregó el palacio episcopal al gobierno del estado y dispuso que la iglesia de la Compañía de Jesús se transformara en biblioteca y en sus torres se fundaran observatorios astronómicos y meteorológicos. En la Ciudad de México ordenó la creación de la Biblioteca Nacional con los libros de los antiguos conventos y la adquisición de nuevos; dotó ampliamente los gabinetes de la Escuela de Minas; hizo formar una colección con la obra de pintores mexicanos, que hoy se puede ver en la Escuela de Bellas Artes y en su calidad de Ministro de Fomento renovó el contrato para la construcción del ferrocarril de Veracruz. Como literato y ensayista atento a un gran número de temas sociales y científicos, El Nigromante brilló como un temible polemista y periodista, por demás sarcástico. Su pensamiento y su obra fueron tan legendarios, que a pesar de haber fallecido hace más de cien años sus aportaciones no han perdido vigencia como justo anhelo del pueblo mexicano. Otro personaje histórico Guillermo Prieto en alguna ocasión refirió: “Yo, para hablar de Ignacio Ramírez, necesito purificar mis labios, sacudir de mi sandalia el polvo de la musa callejera, y levantar mi espíritu a las alturas en que se conservan vivos los esplendores de Dios, los astros y los genios”.
En el prólogo del libro leemos: “Este libro pretende lograr que la nueva generación de mexicanos conozca la vida, obra y trayectoria del prócer Ignacio Ramírez, El Nigromante, a partir de la versión directa y fidedigna de sus descendientes, que trata sobre hechos y circunstancias personales, censurados por la historia oficial.
El mismo diseñó los primeros planes de estudio oficiales que pretendían materializar su propio pensamiento liberal.

No hay comentarios:

Publicar un comentario