jueves, 28 de enero de 2010

El periodismo como conocimiento y divulgación de la historia

HTML clipboard Juan Miguel Reyes
Riszard Kapuscinski,
El periodismo como conocimiento y divulgación de la historia
INTRODUCCIÓN
El periodismo de reportaje es una fuente importante en la construcción de la conciencia histórica de mucha gente tanto por los hechos que relatan como por las relaciones causales y narrativas que implican. Por ello la producción de reportajes es un medio importante para que los historiadores aporten sus conocimientos. La dificultad de incidir en la comprensión histórica de un estrato cultural elevado y crítico hace del reportaje escrito un género muy rico en estrategias discursivas e interesante en el análisis de las mismas.
El objetivo del presente trabajo es conocer, con el ejemplo de Riszard Kapuscinski, la manera en que el periodismo puede producir y divulgar conocimiento histórico. Y así, en un futuro, poder colaborar en la formación de la conciencia histórica de sectores más amplios de la población.
Kapuscinski es licenciado en historia y, según sus propias palabras:
...ser historiador es mi trabajo (...) estudiar la historia en el momento mismo de su desarrollo, lo que es el periodismo (...) Todo periodista es un historiador. Lo que él hace es investigar, explorar, describir la historia en su desarrollo. Tener una sabiduría y una intuición de historiador es una cualidad fundamental para todo periodista. (...) en el buen periodismo, además de la descripción de un acontecimiento, tenéis también la explicación de por qué ha sucedido; en el mal periodismo, en cambio, encontramos sólo la descripción, sin ninguna conexión o referencia al contexto histórico. Encontramos el relato del mero hecho, pero no conocemos ni las causas ni los precedentes. La historia responde simplemente a la pregunta: ¿por qué? (Kapuscinski Los cínicos no sirven para este oficio)
Primero veremos la forma en que el periodismo de reportaje, al ser narrativo, trata de construir una interpretaciones coherentes de los acontecimientos aparentemente desligados de nuestra compleja realidad. En el siguiente punto, se verá como estas interpretaciones están íntimamente ligadas a principios ideológicos. El tercer tema, es una semblanza de nuestro autor: su experiencia personal, sus influencias intelectuales, su ideología y los procesos que le tocó observar como periodista. Esta semblanza nos permitirá comprender la forma en que se fue perfilando el horizonte ideológico de Kapuscinski. En el punto 4, haré un análisis de la narración en el libro El Sha o la desmesura del poder poniendo énfasis en la manera en que la ideología del autor proporciona la estructura de los relatos. Finalmente veré como ha sido aceptado y cómo es significativo El Sha en la actual era de la comercialización de la información.
1-LOS GÉNEROS EN EL PERIODISMO
Dentro del periodismo existen varios géneros de los cuales mencionaré los cuatro que considero más significativos en cuanto a su relación con la exposición narrativa.
1.1- La noticia es la narración de un acontecimiento o hecho novedoso. La siguiente es una noticia puntual enviada por Kapuscinski a través de un telegrama desde Honduras en 1969:
HOY A LAS SEIS DE LA TARDE EMPEZÓ LA GUERRA ENTRE EL SALVADOR Y HONDURAS. LA AVIACIÓN DE EL SALVADOR BOMBARDEÓ CUATRO CIUDADES HONDUREÑAS STOP AL MISMO TIEMPO LAS TROPAS DE EL SALVADOR VIOLARON LA FRONTERA CON HONDURAS INTENTANDO PENETRAR EN EL INTERIOR DEL PAÍS STOP EN RESPUESTA AL ATAQUE DEL AGRESOR LA AVIACIÓN DE HONDURAS BOMBARDEÓ LOS MÁS IMPORTANTES CENTROS INDUSTRIALES Y OBJETIVOS ESTRATÉGICOS DE EL SALVADOR Y LAS FUERZAS TERRESTRES EMPRENDIERON ACCIONES DEFENSIVAS.
(Kapuscinski. La Guerra del Futbol.)
1.2- El reportaje informativo es un texto que incluye elementos noticiosos, declaraciones de diversos personajes, ambientes, y que, fundamentalmente, tiene carácter descriptivo.
En La Guerra del Fútbol Kapuscinski publica, en varios reportajes, ricas descripciones y narraciones sobre la vida de personas pobres en el tercer mundo. En un relato, por ejemplo, se encuentra en medio de una batalla en la selva con el pecho en tierra junto a un soldado raso:
-Señor, ¡mire cuántos zapatos!
Clavó la vista en las botas de los soldados de la compañía que se arrastraban, entornó los ojos, reflexionando con gravedad acerca de algo que le preocupaba y, finalmente, habló con una voz llena de desazón:
-Toda mi familia anda descalza.
(...) El tiroteo amainó por unos instantes (...) Me dijo con voz jadeante que lo esperara mientras él volvía hasta el lugar donde acababa de producirse el último combate de su compañía. Los vivos seguramente ya se habrían alejado de allí (...) y en el campo de batalla sólo quedarían los muertos, que ya no necesitaban zapatos. Él iría hasta aquel lugar, descalzaría a algunos muertos, escondería las botas entre los arbustos y señalaría el escondrijo. Cuando terminara la guerra y lo licenciaran, regresaría y calzaría a toda su familia. Ya había calculado que por un par de botas militares le darían tres pares de zapatos de niño, y él era padre de nueve criaturas.
(Kapuscinski La guerra del fútbol)
1.3- La crónica es la narración de acontecimientos en la que el autor busca responder al ¿por qué? interpretando, con fundamento, las intenciones de los actores, así como sus limitaciones y consecuencias imprevistas. Kapuscinski también publica varias crónicas en La guerra del fútbol como el fusilamiento ante las cámaras de televisión del guerrillero Victoriano Gomez,
El gobierno decidió vender cara esa muerte. Lo guiaban razones didácticas. En El Salvador hay mucho descontento, son muchos los que se rebelan. Los campesinos reclaman tierra, los estudiantes exigen justicia. El poder no podía desperdiciar la ocasión de montar un espectáculo que fuese una lección para la oposición. Para todo el mundo, para que vieran la muerte en primeros planos. Que la viera toda la nación. Que la viera y que le diera que pensar.

1.4- El reportaje interpretativo narra una serie de hechos acaecidos en distintos momentos, y con un nexo entre ellos, que sirven al autor para establecer una interpretación que los abarca. Si el reportaje informativo es la exposición de situaciones y realidades sociales, el reportaje interpretativo es la interpretación narrativa del origen de esas situaciones y realidades. En este género, periodismo e historia se acercan considerablemente.
2- INTERPRETACIÓN, NARRACIÓN Y OPOSICIÓN
Como se ve, en la medida en que el periodismo se vuelve más interpretativo y se busca responder al por qué de las cosas, la dimensión temporal de los acontecimientos cobra mayor relevancia. Pero como todo historiador que no sea un cronista medieval sabe, la simple exposición de los hechos en orden cronológico dista todavía mucho de ser una explicación satisfactoria[1]. Tampoco lo es la elucidación de las intenciones del protagonista, ya sean expresas o inconfesadas, conscientes o inconscientes. Al contrario, los procesos de cambio, y los acontecimientos sociales son el resultado de múltiples intenciones de varios sujetos diferentes en condiciones complejas y, sobre todo, con consecuencias imprevistas. La narración y la trama, con un comienzo, un desarrollo y un desenlace, es la forma en que todos estos elementos heterogéneos son sintetizados metafóricamente en una unidad congruente[2] y explicativa.
Una trama es la respuesta a una situación en la que dos valores se encuentran en oposición. Así, una forma de interpretar una narración es encontrar dentro de ella una contradicción ideológica e histórica profunda[3] como el bien opuesto al mal, lo espiritual a lo material, la igualdad a la libertad, la globalización a la identidad, etc.
Pero en una sociedad, no todos se imaginan la misma solución a las contradicciones. Diferentes personas tienen diferentes expectativas de solución que se reflejan en diferentes actitudes ante los conflictos. Los más maniqueos, por ejemplo, esperan el triunfo de uno de los polos sobre el otro; otros, por el contrario, confían en una eventual conciliación en la que cada parte encuentre su lugar; los más escépticos no creen que se pueda ni entender ni solucionar contradicción alguna y consideran que lo mejor es evitar la estéril formulación del problema; mientras que otros intuyen que tener una conciencia de la persistencia de la contradicción en la vida la hará más soportable y les permitirá mantener la esperanza de una solución en el futuro. Naturalmente, estas diferencias ideológicas se reflejan en los relatos que se narran[4]. Esto es congruente con la gran variedad de interpretaciones posibles sobre los mismos acontecimientos.
La importancia política de los relatos reside en que, al dar vida a las diferentes expectativas de solución ideológica, los relatos promueven diferentes acciones políticas. Conforme las contradicciones sociales se prolongan y las relaciones de poder se consolidan, la facultad de crear expectativas y prescripciones es monopolizada por los grupos dominantes. Esto se traduce en una institucionalización de los patrones narrativos. Así surgen los textos modelo[5], formatos relativamente rígidos con los que, en una sociedad particular, se da forma a los relatos y a las interpretaciones del mundo.
3- RYSZARD KAPUSCINSKI
Ryszard Kapuscinski vive su infancia en medio de la violencia suscitada por las grandes potencias durante la segunda guerra mundial y la ocupación nazi de Polonia. Esta violencia cambió la vida de toda la población europea. La relación, ambigua, violenta e irónica, entre el poder y la vida cotidiana será el hilo conductor en la carrera periodística de Kapuscinsky.
3.1- Totalidad vs. intersubjetividad
Kapuscinski estudió la licenciatura de Historia con la influencia de la escuela de los Annales. Sus años de corresponsal, 60´s y 70´s, fueron también años de una revolución en la historiografía. Los grandes sistemas de explicación, y los grandes relatos se mostraban cada vez más obsoletos. El paradigma de nuestro autor, como el de toda una generación, era precisamente la crisis de los paradigmas:
Caídas las grandes ideologías unificadoras y, a su manera, totalitarias, y en crisis todos los sistemas de valores y de referencia apropiados para aplicar universalmente, nos queda, en efecto, la diversidad, la convivencia de opuestos, la contigüidad de lo incompatible.
(...) el concepto de totalidad existe en la teoría, pero nunca en la vida.
(Kapuscinski. Los cínicos no sirven para este oficio)
La alternativa para nuestro autor era narrar la vida con
...la convicción de que para tener derecho a explicar se tiene que tener un conocimientos directo, físico, emotivo, olfativo, sin filtros ni escudos protectores, sobre aquello de lo que se habla. (...) Es erróneo escribir sobre alguien con quien no se ha compartido al menos un poco de su vida. (Ibidem)
Y descubrir, que
Dentro de una gota hay un universo entero. Lo particular nos dice más que lo general; nos resulta más asequible. (Kapusciski El Sha)
...un hombre no empuña un hacha para proteger su cartera, sino en defensa de su dignidad. (Kapuscinski Los cínicos no sirven para este oficio)
Mientras se encontraba en África narra como se identificó con Levi Strauss[6], en el fondo de la selva tropical investigando el microcosmos de grupos humanos olvidados por la historia y descubriendo sus particulares estructuras de relaciones ínter subjetivas. En otra ocasión, explica que su método es
comprender a los demás, sus intenciones, su fe, sus intereses, sus dificultades, sus tragedias. (...)Es una cualidad que en psicología se denomina <>.
(Los cínicos no sirven para este oficio)
El conocimiento histórico no debe, en aras de una pretendida visión general, pasar por alto las motivaciones psicológicas particulares de los actores de la historia.
3.2- uso de la ironía
En esos años, la oposición entre historia general e historia ínter subjetiva despertaba pasiones. Nuestro autor militaba en el segundo bando y la ironía era su mejor arma. En La guerra del fútbol, por ejemplo, cuenta como en medio de una absurda y cruenta guerra iniciada por un partido de fútbol, con seis mil muertos y veinte mil heridos, la radio informaba que tras el lanzamiento del cohete Apolo XI la humanidad entera celebraba el triunfo de la razón y el pensamiento.
En otro ejemplo, en el reportaje Sin techo en Harlem, narra durante quince páginas un apasionante mitin encabezado por el gran orador Nkrumah Kwane, el “Lennin de Ghana”, líder de la independencia e ideólogo del panafricanismo. Tras dicho mitin, se encuentra a un funcionario de correos y tiene la siguiente conversación:
  • ¿Por qué no has venido al mitin? –le pregunto-. Ha sido muy interesante.
  • ¿Acaso ha hablado Kwane de los salarios?
  • Pues no –tengo que admitir.
  • Ya lo ves. ¿Para qué iba a ir?
La ironía, pues, es un arma implacable contra las reducciones ideológicas de la siempre compleja realidad.
3.3- Vientos de ¿cambio?
A los cambios en la concepción de la historia durante la posguerra les corresponden varios cambios en la vida política y económica del planeta. El colonialismo se disolvía, el poder se descentraba, la economía se globalizaba. El capitalismo y las relaciones de poder planetarias dejan de estar dirigidas desde las capitales de los imperios para aparecer dispersa y más cerca de la vida cotidiana de las personas, mucho más de lo que estas últimas quisieran.
Nuestro autor fue testigo de estos cambios, de las esperanzas que despertaron y de las desilusiones. Cuenta como a la edad de dieciséis años desplegó “mucha actividad política comprometida” y organizó manifestaciones “por una lucha común contra el colonialismo”. Siendo reportero ve nacer decenas de nuevas repúblicas, llenas de ilusiones, pero sin ningún poder real para dirigir el rumbo de su historia. Finalmente en muchas de estas nuevas repúblicas africanas “una élite negra sustituyó automáticamente a los colonialistas blancos”[7].
Nuestro reportero descubre desde muy temprano que los cambios profundos son muy difíciles de lograr y que las contradicciones casi nunca se resuelven.
3.4- Periodismo comprometido
El carácter antiideológico y realista de nuestro autor no minó su compromiso con los pobres y los oprimidos. Sus historias nunca son tendenciosas pero tampoco son indiferentes. Una cosa es ser escépticos, realistas, prudentes, explica el periodista a un estudiante, “algo muy distinto es ser cínicos (...) El cinismo es una actitud inhumana, que nos aleja automáticamente de nuestro oficio.”(Kapuscinski Los cínicos no sirven para este oficio.) Kapuscinski decide que su tema serán los pobres:
El tema de mi vida son los pobres. (...) El tercer mundo no es un término geográfico y ni siquiera racial sino un concepto existencial. Indica precisamente la vida de pobreza, caracterizada por el estancamiento (...) por la continua amenaza de la ruina total, por una difusa carencia de soluciones. (...) los pobres suelen ser silenciosos. (...) Así que necesitan que alguien hable por ellos. Esta es una de las obligaciones morales que tenemos. (Ibidem)
Kapuscinski observa cómo los pobres y los vinculados a las redes transnacionales de poder viven cada vez más cerca y al mismo tiempo más distantes. El mundo del poder globalizado y el de la cultura forjada por siglos de supervivencia aislada son diametralmente opuestos, y sin embargo, ahora están acercándose violentamente. Cada uno de estos mundos se ha vuelto el límite estructural del otro. Esto es lo que describe el periodista polaco en la mayoría de sus reportajes:
Kokompe tenía su propia vida, inaccesible y ajena a los del Metropol. Para el barrio, las sombras de la balsa pertenecían a otro mundo, al mundo poblado por los bungalows de los representantes blancos de la administración y el comercio... (Kapuscinski La guerra del fútbol)
Otras veces la convivencia, aunque silenciosa, es más dramática:
“The fishermen threw their catch onto a table, and when the onlookers saw it, they grew still and silent. The fish was fat, enormous....Everyone knew that for a long time now Amin’s henchmen had been dumping the bodies of their victims in the lake, and that crocodiles and meat-eating fish must have been feasting on them. The crowd remained quiet.”(Kapusciski Shadow of the Sun)
En La guerra del fútbol encontramos otro ejemplo claro de la mutua negación entre el poder y la cultura de los pobres.
Mientras atravesábamos sigilosamente el bosque pregunté al soldado por qué él y sus compatriotas luchaban contra El Salvador. Me respondió que no lo sabía, que eran asuntos del gobierno. Le pregunté cómo podía luchar sin saber en nombre de qué causa derramaba su sangre. Repuso que viviendo en el campo más le valía no hacer preguntas. El que pregunta despierta sospechas del alcalde de la aldea. Luego, el alcalde no duda en mandar al curioso a realizar trabajos de la comunidad. Al prestar esos servicios, el campesino se ve abocado a descuidar su terruño y a su familia, y pasa más hambre que nunca, que ya es un decir. La miseria que los azota todos los días ya es suficiente. Hay que vivir de modo que el nombre de uno nunca llegue a los oídos de las autoridades, del poder.
Esta trágica realidad lo impulsa a querer comprender la situación y estructura del poder en su relación con la cultura y la vida cotidiana de las personas, el país, afirma, es el teatro, pero la obra es universal (Ibidem).
3.5- Irán
Kapuscinski llega a Irán con la difícil tarea de comprender y explicar la revolución de 1979. Su ideología, como hemos visto, está caracterizada por dos oposiciones: la oposición entre un conocimiento generalizador del mundo y un conocimiento ínter subjetivo por un lado, y la oposición entre el poder y la cultura por el otro.
Los movimientos geopolíticos no explican los sutiles mecanismos del poder en la subjetividad de la población. Y la vida cotidiana en la pobreza no explica los momentos en que los sujetos escapan de ella y hacen una revolución islámica. Tampoco lo hacen los modelos leninistas ortodoxos ni mucho menos los del progreso de la razón y la libertad. Kapuscinski decide escribir un reportaje interpretativo para explicar este suceso histórico.
4.- EL SHA
En El Sha coexisten dos grandes relatos, el primero es la historia de un sujeto del conocimiento, es decir, de un reportero, Ryszard Kapuscinski, y su intento de comprender las causas de una revolución. Esto marca una importante distancia con la visión “positivista” según la cual los hechos hablan por si mismos; aquí, por el contrario, alguien los hace hablar. Este relato, además, permite elucidar y resolver la oposición entre el conocimiento general y el conocimiento ínter subjetivo.
La otra historia, la de Irán y la revolución, va apareciendo conforme el reportero repasa sus materiales. Al final, el autor hace una síntesis narrativa del proceso revolucionario y una reflexión acerca de la Historia, el Poder y la Cultura.
4.1- La fuerza contra la cultura
La historia de cómo Kapuscinski llega a comprender la revolución de Irán comienza en una desordenada habitación de hotel en Teherán llena de fotografías, casetes, películas, boletines, fotocopias, notas, libros y periódicos desparramados, “sin orden ni concierto”. A Kapuscinski le es difícil ordenar sus impresiones sobre lo que ha vivido en Iran.
Decide salir del cuarto y despejar su mente en el lobby del hotel donde, al ver la televisión local sin entender palabra alguna del farsi, tiene la siguiente reflexión:
Toda fuerza posee su dinámica, su tendencia a ejercer el poder y a expandirse, su machacona insistencia y una necesidad verdaderamente obsesiva de pisar al débil. En esto se manifiesta la ley de la fuerza (...) Y el débil ¿qué puede hacer? Nada, excepto aislarse. En nuestro mundo superpoblado y avasallador, para defenderse, (...) el más débil tiene que apartarse, echarse a un lado. La gente teme ser absorbida, despojada, que se le homogenice el paso, la cara, la mirada y el habla; que se le enseñe a pensar u reaccionar de una misma manera, que se la obligue a derramar la sangre por causas ajenas y, finalmente, que se la destruya. De ahí su inconformismo y rebeldía, su lucha por la propia existencia y, en consecuencia, por su lengua.
Aquí hay una configuración del conflicto entre la “fuerza” que “pisa al débil” junto con su cultura, y la “lengua” que ayuda al débil a aislarse fuera del alcance de la fuerza. Estas ideas tienen su correlato simbólico en las imágenes de la televisión: una larga secuencia de fotografías de victimarios y víctimas, representando el ejercicio de la fuerza, interrumpida por campos llenos de flores, que representan la cultura y el refugio espiritual. Con esta visión general como punto de partida Kapuscinski se sienta en la mesa para empezar a repasar sus notas.
4.2- collage de historias
El segundo capítulo del libro, “Dagerrotipos”, es un collage con los materiales más representativos -sin una visión del mundo esquemática y totalizadora, el collage se ha vuelto el texto modelo (ver 2.4) de nuestro autor y, en cierta manera, de nuestra época[8]. Kapuscinki interpreta cada uno de estos materiales y nos va proporcionando un retrato impresionista de Irán.
Con cada fotografía o nota los diferentes personajes particulares son protagonistas de sus propias historias determinadas por sus particulares relaciones subjetivas con el mundo y por la realidad objetiva que los rodea. Así, cada historia particular nos va relevando parcelas de la realidad iraní y de las oposiciones ideológicas más recurrentes. Estas parcelas, al quedar descritas y al entrar en relación con otras, nos permiten hablar de personajes colectivos y/o abstractos[9] como clases sociales, grupos ideológicos, organizaciones, monarquía etc., “haciendo zoom y contrazoom, pasando de lo particular a lo general, del detalle a la visión de conjunto” (Maria Nadotti en Kapuscinski Los cínicos...).
Para realizar el trabajo de describir las propiedades de cada personaje particular o abstracto, el escritor polaco hace uso de herramientas de las ciencias sociales, de la investigación periodística y de la inmersión en la vida cotidiana.
4.2.1- Los actores principales
Los personajes en las descripciones de Kapuscinski pueden ser analizados en su relación con la oposición Poder-Cultura.
Representando al Poder tenemos, por ejemplo, a la policía secreta, la Savak, las potencias mundiales y, por su puesto, el emperador:
Entretanto Mohammed Reza se sienta en su despacho del cuartel general. ... Un enorme mapamundi ocupa una pared entera. A una distancia considerable del mapa hay un sillón hondo y grande y, a su lado, una mesa pequeña y tres teléfonos. ... Aquí solía pasar el tiempo solo. Se sentaba en el sillón y contemplaba el mapa. Las islas del estrecho de Ormuz. Ya estaban conquistadas, ocupadas por sus tropas. Omán. Allí se encuentran sus divisiones. Somalia. Le prestó ayuda militar. El Zaire. También le prestó ayuda. Concedió créditos a Egipto y Marruecos. Europa. Aquí tenía capitales, bancos, participaciones en multinacionales. América. Aquí también compró muchas acciones, tenía algo que decir. Irán crecía, se volvía grande, afianzaba sus posiciones en todos los continentes. Océano Indico. Sí, ha llegado el momento de reforzar la influencia en el Océano Indico. A este asunto empezó a dedicarle cada vez más tiempo.”
Lo contrario del Poder, la Impotencia, es representada por las clases medias ilustradas, los intelectuales liberales, socialistas o islámicos y los estudiantes. Su principal representante es Mossadegh:
El doctor, amenazado por un posible atentado (demócrata y liberal, conspiran contra él tanto los partidarios del sha como los fanáticos del Islam), se ha trasladado con su cama, una maleta llena de pijamas (tiene la costumbre de trabajar embutido en uno de ellos) y una bolsa repleta de medicinas al Parlamento, que, según se cree, es el lugar más seguro. Aquí vive y trabaja sin salir al exterior, tan deprimido que quienes lo vieron en esos días notaron lágrimas en sus ojos. Han fallado todas sus esperanzas, sus cálculos han resultado erróneos. Expulsó a los ingleses de los campos petrolíferos, declarando que todo país tiene derecho a sus propias riquezas, pero olvidó que la fuerza va por delante del derecho. Occidente ha ordenado el bloqueo de Irán y el boicot de su petróleo, que se ha convertido en la fruta prohibida en los mercados internacionales. ... El doctor escribe, una tras otra, cartas a Eisenhower, apela a su conciencia y sabiduría, pero las cartas quedan sin respuesta. Eisenhower lo acusa de comunismo aunque Mossadegh sea un patriota independiente y enemigo de los comunistas.”
La Impotencia genera defensa de la Cultura. Su máximo representante y líder es el ayatollah Jomeini de la capital religiosa iraní, Qom.
Todo el mundo dirigía ahora la mirada hacia Qom. A lo largo de nuestra historia cada vez que brotaba el descontento o surgía una crisis la gente aguzaba el oído a lo que Qom iba a decirle. Siempre partía de allí la primera señal.
Y Qom entero estaba ya en ebullición.
... Entonces fue cuando Irán escuchó por vez primera la voz del ayatollah Jomeini. Hasta ese momento no lo concía nadie... Por aquella fechas contaba ya con más de sesenta años y, dada la diferencia de edad, podía ser padre del sha. ...Jomeini se opuso al sha en los términos más duros e implacables. <<¡Gentes –exclamaba-, no le creáis, él no es de los nuestros! No piensa en vosotros sino en él mismo y en los que le dan órdenes. ¡Está vendiendo nuestro país, nos está vendiendo a todos! ¡El sha debe marcharse!>>
...Jomeini es expulsado del país y se instala en Iraq, en Nadzej, la ciudad más importante para los chiítas, allí donde está la tumba del califa Alí.
...A nadie se le ocurrió actuar como lo hizo Jomeini, a saber: rechazar todas esas formas escritas, las peticiones, resoluciones y postulados. Rechazar todo eso, ponerse ante la gente y exclamar: ¡El sha debe marcharse! ...
Cuando lo dijo por primera vez, sonó como el grito de un maníaco, de un loco. ...Sin embargo, la función se estaba acercando poco a poco hacia su desenlace... Entonces todo el mundo recordó lo que había dicho Jomeini y lo siguió.

Lo contrario de la defensa de Cultura a la es lo Ajeno característico de la excéntrica “petro-burguesía” y de los miles de extranjeros atraídos a Irán por los petrodólares,
Semejante cantidad de dinero actúa sobre cualquier imaginación, así que todos calcularon en seguida qué capital se podría amasar en Irán. ...Los embajadores residentes en Irán iban de un lado para otro en continua ajetreo porque sus respectivas chancillerías les enviaban decenas de telegramas referentes al dinero: <<¿Cuánto dinero nos puede dar el sha? ¿Cuándo y en qué condiciones? ¿Dijo no daría? ¡Siga insistiendo, excelencia!...>> En las antesalas de los ministros del sha –incluso de los más insignificantes- se ha instalado la turbamulta; hay miradas febriles y manos sudorosas, ni elegancia ni la más mínima seriedad... son los presidentes de las más importantes sociedades anónimas, directores de grandes multinacionales, delegados de conocidas firmas y empresas, finalmente, los representantes de gobiernos más o menos respetables. Todos a la vez proponen, ofrecen, convencen de que es imprescindible una fábrica de aviones, o de coches, o de televisores, o de relojes. Aparte de estos eminentes y distinguidos jerifaltes del capital y de las industrias mundiales, vienen a Irán bancos enteros de peces menores, pequeños especuladores y estafadores, especialistas en oro y piedras preciosas, en discotecas y strip-tease, en opio, en bares, en cortar el pelo a navaja y en surf, vienen los que saben hacer la versión persa de Play-boy, los que montan un show estilo Las Vegas y los que harán dar vueltas a la ruleta mejor que en Monte Carlo. No transcurrirá mucho tiempo antes de que en las calles de Teherán uno se vea rodeado de anuncios y letrero: Jymmy´s Nigth Club, Holiday Baber Shop, Best Food in the Eorld, New York Cinema, Discreet Corner. Exactamente como si pasease por Broadway o por el Soho londinense.”
El círculo se cierra cuando la enajenación produce nuevos poderes autoritarios.
Los vínculos entre estos extremos forman otra gama de personajes. Entre el Poder y lo Ajeno se encuentra todo el aparato burocrático y político. La unión entre la Cultura y la Impotencia crea una frágil alianza opositora entre las clases bajas y las clases medias profesionistas, entre religiosos, socialistas y liberales. La fusión entre lo Ajeno y la Impotencia produce a los espectadores occidentales como nuestro reportero. Entre el Poder y la Cultura solo hay tensión y violencia.
4.2.2- el desarrollo
El poder rompe el equilibrio, lleno de vanidad, quiere que su pueblo lo adore y que las otras naciones lo admiren. Anuncia una reforma agraria contra los bienes de las mezquitas y enriquece solo a sus seguidores. Cuando los precios del petróleo se cuadruplican, lanza la Gran Civilización con la pretensión de que “dentro de diez años tendremos el mismo nivel de vida que vosotros los alemanes, los franceses o los ingleses.” En lugar de desarrollar la infraestructura económica y la educación, el rey prefiere comprar armamento y tecnología sofisticada, trae setecientos mil técnicos extranjeros para que la operen. La mayoría de esta mercancía se pierde en el desierto sin carreteras ni almacenes o nunca opera por falta de energía eléctrica; y la población sigue hundida en la más profunda de las miserias.
Las mayorías Impotentes son reducidas a esclavos engañados y denigrados. La Savak tortura y asesina a quién muestre el menor signo de descontento. La gente vive aterrorizada. Como respuesta, cada vez más aumenta la defensa de la cultura autóctona: “como el poder se autoproclama símbolo del progreso y de la modernidad, le demostraremos que nuestros valores son otros muy distintos”. La población pobre y analfabeta, engañada, explotada y despreciada, se refugia espiritualmente en las mezquitas y en la vida comunitaria del bazar, donde conservan su cultura y su fe. Pero cuando el poder trató de destruir el mito Jomeni, lo que significaba “destruir la santidad, arruinar la esperanza de los oprimidos y humillados”, una multitud salió a las calles a protestar. Esa multitud fue masacrada.
4.3- desenlace, síntesis narrativa e interpretación
En el tercer y último capítulo de este relato cognoscitivo, el autor hace una síntesis de los acontecimientos y formula algunas interpretaciones con la intención de tener una comprensión de conjunto sobre la revolución.
Durante un año, nos narra Kapuscinski, millones de iraníes “se sacuden”, dejan inesperadamente de sentir miedo y desafían al poder, participan en manifestaciones multitudinarias, muchas de las cuales terminan en masacres. El iraní que participa en las marchas siente que “por primera vez es dueño de su destino, por primera vez toma parte, influye sobre algo, decide, es.” El acoso constante a las estructuras del poder, por parte de la defensa cultural alzada, termina por vencerlas. El sha huye y sus funcionarios son ejecutados.
Esta primera serie de interpretaciones sobre el Irán durante la revolución es seguida por una corta narración alegórica: “el teatro del sha”, donde los actores tiran sus libretos, desenmascaran al altanero director y celebran llenos de júbilo el haberse desecho de un “injerto”.
Tras el júbilo de la revolución, continua narrando Kapuscinski, viene el desamparo, ¿qué hacer ahora? Los miembros de los comités revolucionarios, cuando finalmente aprenden a administrar el poder, lo hacen siguiendo los mismos mecanismos autoritarios que habían combatido, “de un modo tan mecánico y tan subconsciente que si se lo reprochásemos estallarían en santa indignación”. Son acusados de contrarrevolucionarios y sustituidos por nuevos comités que repiten el patrón. El nuevo poder sigue alimentando el miedo y la ignorancia, los intelectuales son nuevamente perseguidos, una nueva jerarquía totalitaria dirige el país. La miseria sigue siendo la norma, y la gente como Razak, emigrante del campo a la ciudad, vive al margen del poder, al margen de “un vasto mundo, el mundo del sha, de la revolución, de Jomeini y de los rehenes.”
Y, sin embargo, el mundo de Razak es más grande. Tanto que Razak se pierde en él y no sabe encontrar la salida al exterior.”
Estas interpretaciones sobre el Irán posrevolucionario concluye con otro relato breve: la dictadura que el sha había heredado, basada en la ignorancia y pobreza, siguió viva con nuevos actores.
El problema, explica Kapuscinski, es el atraso del campo pero sobre todo la ignorancia, el problema está en la historia. “Es muy difícil sobrepasar límites así, es muy difícil cambiar el pasado”. Es necesario “comprender qué cosas tan misteriosas rigen este mundo para que a pesar de tantos alzamientos, de tantos sacrificios y renuencias, esa vida mejor siga más allá de las montañas.” Pero para cambiar esto “hacen falta varias generaciones”, para que en un futuro “brille la luz.” La esperanza se mantiene si se logra ver el todo de la historia y se cree, como Ferdusi, comerciante de alfombras persas, que “la belleza es indestructible.”
  • Recuerde usted -(le dice Ferdusi)- que lo que permitió a los persas seguir siendo persas durante dos mil años (...), a pesar de tantas (...) invasiones y ocupaciones, no ha sido nuestra fuerza material sino espiritual, nuestra poesía y no la técnica, nuestra religión y no las fábricas(...) Y debe saber que una buena alfombra es una cosa muy duradera, una buena alfombra conservará su color durante siglos. De modo que, viviendo en un desierto desnudo y monótono, vive usted como en un jardín que es eterno, que no pierde ni el color ni la frescura(...) Y entonces usted se siente bien, se siente elegido, se encuentra usted cerca del cielo, es usted un poeta.
 5.- KAPUSCINSKI EN EL NUEVO BRAVO MUNDO
En cuanto a la oposición poder-cultura, el libro fue leído como una alegoría del poder comunista en Polonia, país de origen del autor, e inspiró a más de un católico a rebelarse contra la dictadura impuesta desde el extranjero. De ahí que Kapuscinski sea considerado un luchador de la democracia liberal, pero debe tomarse en cuenta que las críticas al poder y a su dinámica enajenadora las hace extensivas a la lógica del capitalismo, sobre todo en cuanto a información y cultura se refiere.
En la época en que se publica El Sha, los medios de comunicación comenzaban a sufrir una profunda transformación. Los dueños de los medios descubren de repente que responder al por qué de las cosas ya no es importante, y que ni siquiera la lucha ideológica es importante: que lo que cuenta, en la información, es el espectáculo. Hoy, cuanto más espectaculares sean las noticias, más dinero se puede ganar. Los medios de información están dirigidos por empresarios y no por periodistas. La mayoría de los reporteros y medios ya no están interesados en comprender el mundo, sino en no dejarse ganar por la competencia, por ello, todos cubren los mismos acontecimientos sin prestar atención a lo que no es lo más espectacular del momento. El afán por el éxito económico de los medios es una situación aprovechada por los sectores poderosos para manipular la información sin necesidad de una intervención oficial. Los periodistas tienen menos libertad de expresión, pues como empleados, deben adecuar sus investigaciones y reportajes a los intereses comerciales y/o políticos de los dueños y jefes.
La visión del mundo que este sistema crea es la de un espectáculo caótico y sin sentido de actuaciones individuales cínicas e intrascendentes. Todo menos la comprensión histórica que el mundo globalizado necesita. La noticia-espectáculo va a la par de una visión de la historia según la cual, puesto que las ideologías totalizadoras han sido derrotadas, la historia ni tiene sentido ni se le debe buscar, y la única explicación válida de los acontecimientos es la de los intereses utilitaristas individuales. Esta visión considera que la acción política y los anhelos de cambio social son completamente inútiles.
Sin embargo, algunos sectores de la sociedad sí desean un periodismo crítico y de calidad cuyo objetivo sea la comprensión del mundo y no la simple venta de espectáculos. Por su parte, también un sector de los periodistas desea este tipo de periodismo.
Durante la estancia de seis semanas de Ryszard Kapuscinski en México, aparecieron alrededor de 60 notas periodísticas, media docena de entrevistas en radio y televisión, y miles de mexicanos participaron en las presentaciones públicas del escritor. Quizá se elevó a centenares de miles, el tamaño de la audiencia que selectivamente atendió y retuvo los mensajes de este autor singular, transmitidos a través de los medios mexicanos. En esos días se agotaron las existencias del texto más recientemente publicado bajo la firma del periodista[10].
La exhibición, por parte de algunos periodistas mexicanos, de la elevada aceptación de las audiencias hacia la figura de Kapuscinski refleja una lucha de los periodistas para abrirse mayores espacios en los medios, frente a quienes los poseen y/o controlan, con el argumento implícito de que las audiencias del presente exigen un periodismo construido sobre nuevas bases de calidad y compromiso y nuevas formas de relación con la sociedad y con los poderes. Una creciente masa crítica de periodistas mexicanos, habría establecido una interesante conexión con el segmento más exigente de las audiencias mexicanas. Ambas partes construyeron una historia de éxito de la trayectoria y la obra de Kapuscinski y la usaron para atender una necesidad: contrastar la calidad, el compromiso ético y la comprensión de su oferta con los estándares del éxito vigentes en el periodismo “espectacular” mexicano.
CONCLUSION
Comprender las contradicciones en la historia es, para Kapuscinski, un imperativo ético. Solo el conocimiento profundo de las estructuras del poder y las defensas de la identidad cultural puede evitar un “cataclismo” como el que tanto temen los “intelectuales” en El Sha.
El Sha es un reportaje interpretativo donde se puede ver la ideología y la propuesta historiográfica de nuestro autor. La humanidad, como la ve Kapuscinski, está inmersa en una oposición entre poder y la identidad cultural. Situación que se agrava con las inestables transformaciones e interconexiones de nuestro tiempo.
El mundo contemporáneo, según el reportero polaco, vive una globalización mucho más rápida que la capacidad de adaptarse de nuestro imaginario. Por ello es necesario un pensamiento que permita utilizar tanto la ciencia social como la empatía, las proposiciones generales y las particulares, lo objetivo y lo subjetivo. Pero sobre todo, un pensamiento que sea capaz de pensar globalmente, que no es lo mismo que totalitariamente, “que derive en un lento aprendizaje de la aceptación de lo distinto a uno mismo, de la renuncia a un centro, a una representación única. (...) Quizá podríamos darnos cuenta de que hay espacio para todos y que nadie tiene más derecho de ciudadanía que los demás.” (Kapuscinski Los cínicos...)
La narrativa, con su capacidad innata de englobar lo diverso, de sumar lo particular en un todo global, de respetar escalas y particularidades, y de ubicar al ser humano en el mundo, es la forma más apropiada para este nuevo pensamiento. En El Sha, se ve cómo un collage puede producir comprensión y sentido, y que éstos se pueden expresar mediante la narración sin necesidad de homogenizar lo diverso. Las proposiciones generales, el conocimiento ínter subjetivo, las descripciones particulares y los datos objetivos son utilizados para la reconstrucción de los personajes, primero individuales y luego colectivos, así como para describir las realidades que enmarcan y delimitan las acciones de estos personajes en el relato. La narración es la superación de la oposición entre lo general y lo ínter subjetivo.
Los relatos de Kapuscinski, a pesar del uso constante de la ironía, distan mucho de representar una actitud nihilista-escéptica de la historia. Su ironía es un arma contra las visiones maniqueas y las conservadoras. No es que niegue la posibilidad de un conocimiento histórico al mostrar el abismo entre las historias oficiales y la vida cotidiana de los pobres en el tercer mundo, sino que muestra que la historia se encuentra precisamente ahí, en la vida de los marginados y en su oposición al mundo de los poderosos. Las profundas contradicciones que enmarcan las crónicas de nuestro autor no se pueden resolver fácilmente, ni con la imposición de un polo sobre el otro ni con una “conciliación”.
Para superar las contradicciones es necesaria conocerlas primero a fondo y así poder imaginar el mundo de otro modo. Solo la comprensión de la historia nos permite trascender las contradicciones. Esto se consigue observando sus múltiples y diversas manifestaciones. El Riszard Kapuscinski contribuye a este proceso dando a conocer las diversas formas en que la oposición poder-cultura y la esperanza de su superación se expresan en el tercer mundo. Su visión de la historia es trágica en cuanto que las contradicciones permanecen fatalmente a través de los cambios superficiales. Pero mantiene la convicción y el compromiso de que es posible superarlas.
Kapuscinski vive en una época en la cual la expansión del capitalismo ha creado profundos cambios cualitativos conocidos bajo el nombre común de globalización. Estos cambios cualitativos están caracterizados por la presencia de las redes capitalistas en casi toda la extensión de la tierra y en casi todas las actividades humanas incluidas las culturales y recreativas. Aún no se pueden determinar los alcances y consecuencias de estos cambios pero un fenómeno que cobra más fuerza cada vez es el conflicto entre los pueblos -que buscan atrincherarse culturalmente para defenderse de la mercantilización y la enajenación- y las redes transnacionales de poder. La obra de Kapuscinski es una llamada de atención sobre este fenómeno.
Es importante que no confundamos el fin de los grandes sistemas explicativos con el fin de la comprensión y el sentido en la vida colectiva e histórica. Sin sentido histórico, los seres humanos viviremos en un mundo cada vez más esclavizante, a merced de información y sensaciones ajenas. Debemos investigar las diversas maneras de comprender y dar sentido a la vida en el mundo para procurar hacerlo cada día con mejores resultados. Solo así podremos ser libres.


[1] Vease White, Hayden El contenido de la forma.
2 Vease Ricoeur, Paul Tiempo y narración vol I
3 Para una interpretación política del Rectángulo Semiótico de Greimas, ver Jameson, Frederich Documentos de cultura, documentos de barbarie.
4 Para una caracterización de las tendencias narrativas en la historiografía académica y su relación con ideología política, vease White, Hayden. Metahistoria.
5 Jameson, Op. Cit.
6 Kapuscinski La guerra del fútbol.
7 Kapuscinski Los cínicos no sirven para este oficio
8 Sobre la cultura posmoderna y el collage como forma de concepción, vease Jameson, Frederich, El posmodernismo o la lógica cultural del capitalismo tardío. Hay que diferenciar el collage, que busca dar sentido a partir de lo disímil, de la simple extrapolación ecléctica de imágenes sensacionales pero carentes de sentido.
9 Para Uumberto Eco los personajes en los textos narrativos son la selección y presentación de determinados individuos a través de una serie de descripciones, atribuyéndoles de ese modo ciertas propiedades. (Umbero Eco Lector in Fábula). En los relatos históricos, explica Ricoeur, más que personajes tenemos cuasi personajes, pues no se refieren a agentes concretos del mundo de la praxis, sino a entidades de “primer orden” como pueblos, clases, naciones, etc.
10 José Carreño Carlón “Usos mexicanos de Kapuscinski, por un periodismo con rigor profesional y compromiso ético” Etcétera.

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